MARÇÀ  |   LAMILOQUERA  |  FOTOS |   PARTICIPA  |   S.P.Q.R.  |   MÚSICA  |     2001   |     |  ALTRESWEBs   |   PRIVAT   |  
-
   

 LA SEMANA:    ..........otros textos publicados

....
un texto, un vídeo, un álbum, una Banda Sonora Original, un film

marsapm@yahoo.es    

..

 

  TEXTO DE LA SEMANA:        
 
 JEAN ZIEGLER

Jean Ziegler es “sociólogo del tercer mundo”, abogado, doctor en ciencia política, católico, político y ponente especial de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y de la Alimentación. Ziegler parte en este ensayo de la premisa de que el mundo está volviendo al sistema feudal. En su opinión, los nuevos sistemas feudales capitalistas están dirigidos por las quinientas multinacionales más poderosas del mundo

 Desde el 11 de septiembre estamos viviendo un retorno a la feudalización que ha proporcionado a las grandes multinacionales más poder que el que históricamente han tenido emperadores, reyes y papas. Los nuevos déspotas expolian sistemáticamente a los pueblos menos desarrollados y se apoderan en exclusiva de los recursos necesarios para el bienestar de la humanidad.

Para lograr imponer este régimen de sumisión de los pueblos a los intereses de las grandes compañías privadas, existen dos armas que los nuevos señores feudales saben utilizar admirablemente: la deuda y el hambre. ¿Quiénes son estos cosmócratas que privatizan hasta el agua? En este libro revelador se rastrean sus métodos más sutiles, como patentar seres vivos, o imponer por la fuerza los cultivos transgénicos.

Además, esta formidable maquinaria diseñada para someter maltrata y difama a la ONU y a su secretario general, y ya no acepta ninguna de las limitaciones del derecho internacional, que se encuentra en estado agónico. Los señores de la guerra económica, no contentos con saquear el planeta, atacan a los Estados, cuestionan la soberanía popular, subvierten la democracia y destruyen las libertades de los hombres.

En todo el planeta se ha instalado sutilmente un imperio de la vergüenza y Jean Ziegler, que da muestras de un excepcional conocimiento del terreno que pisa, hace un llamamiento sin reservas contra éste. En la vergüenza se basó precisamente el impulso revolucionario de finales del siglo XVIII y, ahora, vuelve a haber una revolución en marcha: la insurrección de las conciencias, la insurrección del hambre.

Jean Ziegler es ponente especial de las Naciones Unidas para el derecho a la alimentación. Es autor de numerosas obras, entre las que se encuentra Suiza lava más blanco (1990), El oro nazi (1997) y Los señores del crimen (1998).

 


“El imperio de la vergüenza”
Jean Ziegler

 

 

.......  un libro que hay que leer y que vale la pena difundir.

 

 

LOS NUEVOS SISTEMAS FEUDALES

Ziegler parte en este ensayo de la premisa de que el mundo está volviendo al sistema feudal. En su opinión, los nuevos sistemas feudales capitalistas están dirigidos por las quinientas multinacionales más poderosas del mundo. Y los atentados del 11-S han provocado una «aceleración dramática» del proceso de vuelta al sistema feudal. «Ha sido la ocasión para los nuevos déspotas de aprovecharse del mundo». En esta misma línea, Ziegler afirma que el derecho internacional esta en estado «agónico» y que la Organización de las Naciones Unidas y su secretaría general son «maltratados» y «difamados».

El libro se divide en cuatro partes. En la primera, el autor se plantea cuáles son los obstáculos que se alzan hoy en día ante el derecho del hombre a buscar la felicidad y cómo desmantelar estos obstáculos. En esta parte, titulada «El derecho a la felicidad», se describe el movimiento de vuelta al feudalismo que han emprendido las sociedades capitalistas privadas transcontinentales, el régimen de violencia estructural que han instituido y las fuerzas todavía oscuras que se alzan contra ellas. En la segunda parte, se plantean las relaciones causa y efecto entre la deuda económica y el hambre en el mundo. Como ejemplo, Ziegler expone los casos de dos países totalmente opuestos: Etiopía, afligida por una hambruna crónica y por el desmoronamiento del precio del único producto exportable: el café; y Brasil, donde asegura que «se está poniendo en marcha una revolución silenciosa». Las dos últimas partes del libro se centran en estas nuevas experiencias de lucha o resistencia contra la «arrogancia» y el poder de los «grandes señores de la guerra económica».

LOS COSMÓCRATAS
Para explicar la vuelta al feudalismo, Ziegler pone como ejemplo a las multinacionales farmacéuticas, que adaptan sus precios a la situación económica del lugar. Las empresas capitalistas son los nuevos señores feudales y el autor los denomina «cosmócratas». Los señores del imperio de la vergüenza organizan la escasez de servicios, de los capitales y de los bienes en función del máximo beneficio. Sin embargo, esta escasez organizada destruye cada año la vida de millones de hombres y mujeres sobre la tierra. Así más de 10 millones de niños menores de 5 años mueren cada año por desnutrición , epidemias, contaminación de las aguas e insalubridad. En este «imperio de la vergüenza», gobernado por la escasez organizada, «la guerra ya no es episódica sino permanente». «Ya no equivale a un eclipse de la razón. Es la razón de ser del propio imperio.»

En el capítulo de «La violencia estructural» Ziegler argumenta que, antes del ataque estadounidense contra Irak en marzo de 2003, el subsuelo mesopotámico ocupaba el segundo lugar en el rango de las reservas de petróleo conocidas hasta la fecha. «Los 800 pozos explotados en el territorio de Estados Unidos producen tanto como un único pozo iraquí.» Ziegler retoma la idea denunciada por muchos otros intelectuales de que las sociedades transcontinentales Halliburton, Kellogs and Root, Chevron y Texaco desempeñaron un papel fundamental en el asalto estadounidense contra Irak. Además, recuerda que el vicepresidente Dick Cheney había sido presidente de Halliburton, y Condoleeza Rice había dirigido Chevron al igual que el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld y añade que «George W. Bush debe su considerable fortuna personal al petróleo tejano». No obstante, Ziegler, asegura que el terrorismo islamista alimenta la violencia estructural y la guerra permanente «que están en la base del imperio de la vergüenza». «El imperio, por su parte, explota el terror islamista con una habilidad admirable. Sus vendedores de armas y sus ideólogos de la guerra preventiva sacan partido de todo ello.»

LA AGONÍA DE LA ONU
En este universo arbitrario en el que prima el derecho del más poderoso, Jean Ziegler asegura que la ONU está «exangüe». En opinión del autor, la Organización Mundial del Comercio, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional se han convertido en «ejecutores dóciles» de los nuevos señores feudales. Para confirmar este «declive» de la ONU, el autor alega que, de las 43 guerras de «baja intensidad» que han asolado el planeta entre 1993 y el 2003, la ONU no ha podido impedir ninguna. Además, el 18 de septiembre de 2004, el presidente de Estados Unidos firmó una orden presidencial que permitía la creación de comandos que operaran al margen de las leyes nacionales o internacionales y todos los agentes del gobierno (soldados, infantes de marina, aviadores, agentes secretos, funcionarios de prisiones, etcétera) que actúen al servicio de la seguridad nacional gozan de total inmunidad judicial. «Protegido por este mismo poder imperial, —continúa Ziegler— Ariel Sharon oprime de la peor manera posible a cuatro millones de seres humanos en Palestina» y el régimen de Putin, «otro gran aliado de los cosmócratas, asesina a decenas de miles de chechenos».

Para acallar todos estos «crímenes», Washington financia el 26 por ciento del presupuesto ordinario del funcionamiento de la ONU y contribuye en un 60 por ciento al Programa Mundial de Alimentos, gracias a sus excedentes. El autor, que ejerce desde hace más de cuatro años su puesto como relator especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la Alimentación, afirma que, si alguien dentro de esta Organización se desmarca de la línea marcada por la Casa Blanca, «tiene pocas posibilidades de sobrevivir en el sistema». Como ejemplo, cita el nombramiento de Pierre Schori en 2003 como Alto Representante de la comunidad internacional en Pristina. Este nombramiento, propuesto por el Consejo de Ministros de la UE, irritó a los dirigentes de la Casa Blanca porque Schori, en su juventud, se mostró en contra de la agresión de Estados Unidos a Vietnam. Estados Unidos planteó que si el secretario general de la ONU, Kofi Annan, ratificaba la elección europea, Estados Unidos interrumpiría sus relaciones con la representación en Pristina. «Como suele suceder, Kofi Annan debió ceder al chantaje y se negó a ratificar el nombramiento de Schori» y como colofón Ziegler augura que las Naciones Unidas, «cuyo papel se ha debilitado considerablemente» no durará mucho tiempo más.

ARMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA
En la segunda parte del libro, titulada «Armas de destrucción masiva», el autor trata de explicar las relaciones entre los países deudores y los cosmócratas que imponen unas condiciones «draconianas» con intereses cinco y siete veces más elevados que los que se practican en los mercados financieros. Para ello el FMI «aprieta las tuercas y garantiza el pago regular de los intereses de la deuda». Jean Ziegler plantea en este libro una de sus teorías más arriesgadas: la necesidad de anular la deuda externa de los pueblos del tercer mundo. Desde su punto de vista, esta anulación no tendría sobre la economía de los Estados industrializados y el bienestar de sus habitantes prácticamente ninguna influencia. El autor propone, para aflojar el cepo de la deuda, tres medios estratégicos: 1) que los dirigentes de los movimientos sociales de los pueblos sometidos se alíen con los poderosos movimientos de solidaridad del hemisferio norte; 2) una auditoría de la deuda, factura por factura e inversión por inversión para ver cuál ha sido la utilización de los créditos extranjeros; y 3) la creación de un «cártel de deudores», es decir, la creación de un frente homogéneo de países deudores para modificar esa relación de fuerzas.

En la tercera y cuarta parte de El imperio de la vergüenza, Ziegler muestra dos ejemplos claros de esta «estrangulación» por la deuda de algunos países del tercer mundo: Etiopía y Brasil. En el caso etíope, el servicio de la deuda ha costado al Estado 149 millones de dólares en 2004, que es más que todos los gastos realizados en un año por todos los servicios nacionales, provinciales y municipales. En este contexto, el autor denuncia el enriquecimiento de las cinco grandes compañías transcontinentales vendedoras de café a costa del bajo coste que reciben los campesinos por vender su grano, la mayoría de ellos etíopes («los precios de venta no cubren ni de lejos los gastos de producción»).

LA REVOLUCIÓN BRASILEÑA
Mientras que en Brasil, según apunta Ziegler, hay en marcha una «formidable» revolución democrática, anticapitalista y pacífica, que decidirá el futuro movimiento democrático, popular y anticapitalista mundial. Recuerda el autor que Brasil, al igual que la mayor parte de las naciones de América Latina, sufre un expolio de las sociedades transcontinentales privadas, pues su deuda externa representa el 52 por ciento del producto interior bruto.

A continuación, Ziegler repasa las cualidades humanas y profesionales del actual presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva. Denuncia la situación catastrófica de la economía brasileña y recuerda cómo el FMI concedió a Brasil en 2002 un préstamo bail out (de salida de la crisis), que acababa de negar a Argentina. El FMI tenía dos razones para actuar así: la preocupación de los banqueros de Wall Street por sus créditos y el miedo de los cosmócratas a perder gran parte de sus inversiones en el sector agroalimentario, la industria, los servicios y el mercado financiero local.

OBEDIENCIA A LOS PODERES FEUDALES
Ziegler indica que las estrategias de presión, de infiltración y de manipulación desarrolladas por los nuevos poderes feudales son «extraordinariamente hábiles y desgraciadamente eficaces». Junto a sus denuncias de falta de privacidad en la ONU, Ziegler mantiene que las decisiones de la Asamblea Mundial obedecen frecuentemente a los nuevos poderes feudales. Ejemplo de ello, es que de los 1.390 nuevos medicamentos cuya comercialización se ha permitido, sólo 16 estaban destinados a combatir algunas de las enfermedades «olvidadas» que afectan al tercer mundo. «Las farmacéuticas prefieren invertir en medicamentos que se puedan pagar a precio de oro en los países desarrollados que ofrecer medicamentos baratos para las familias del tercer mundo».

Frente a estas desigualdades, Ziegler también denuncia la impunidad de los cosmócratas. Como ejemplo recuerda el caso de la agroquímica Union Carbide que tenía su fábrica más grande en Bhopal, en el sur de Asia. Una fuga de gas en 1984 provocó 8.000 muertos en un sólo día. Unión Carbide logró que el juicio para escuchar las demandas presentadas por las familias de las víctimas se juzgaran en un tribunal indio. Después consiguieron llegar a un acuerdo extrajudicial que desembocó en el pago de 470 dólares que repartiría el gobierno de Nueva Delhi entre las familias, incluyendo las sumas que se quedaron los funcionarios. Las asociaciones llevaron el caso a la justicia de Nueva York, pero el juez desestimó la demanda porque la sentencia no podía ejecutarse en un país que estaba a 8.000 kilómetros. Las víctimas de Bhopal apelaron. En el momento en que se escribía este libro, el caso había regresado a los juzgados neoyorquinos.

ALIMENTOS GENÉTICAMENTE MODIFICADOS
En la última parte del libro, Ziegler también aborda el descubrimiento y la difusión de los organismos genéticamente modificados. Él está en contra de uno de los argumentos más recurridos por los nuevos cosmócratas: que los organismos genéticamente modificados (OGM) son el arma absoluta contra el hambre. «Se trata de una falsificación enorme, pero la machacan diariamente en todos los países del mundo.»

En este marco, Ziegler describe el escándalo que protagonizó en 2002 el presidente de la República de Zambia, quien se quejó del maíz transgénico que estaba repartiendo Estados Unidos a la población zambiana como parte del Programa Mundial de Alimentos (PMA) a las zonas afectadas por la hambruna. Lo calificó como «poisoned food» (comida envenenada) y pidió que se interrumpiera su reparto. Ziegler, preguntado en una rueda de prensa sobre su opinión al respecto, respondió que si la Unión Europea aplica el principio de precaución y prohíbe el libre comercio de productos genéticamente modificados, el presidente de Zambia debe de tener el mismo derecho. A partir de estas declaraciones, Ziegler recibió un ataque directo contra su persona por parte de Estados Unidos. Una guerra que terminó en victoria para Ziegler cuando la Asamblea General aprobó el informe de Ziegler en contra de los organismos transgénicos.

EL IMPERIO DE NESTLÉ
A continuación, Ziegler analiza una de las empresas más poderosas del sector de la alimentación y el agua: Nestlé. Recuerda cómo hace treinta años, la organización no gubernamental Oxfam, después de las investigaciones de un grupo de científicos ingleses, decidió impulsar una campaña para empujar a las madres del mundo entero, y en especial a las del tercer mundo, a utilizar su leche materna y abandonar el uso de la leche en polvo. Tras estas investigaciones, el grupo de solidaridad de la ONU con los pueblos del tercer mundo publicó un folleto con el lema «Nestlé mata bebés» y la compañía les llevó inmediatamente a juicio.

Sin embargo, en 1979, 150 organizaciones no gubernamentales fundaron el IBFAN (Internacional Baby Food Action Network). Su objetivo era luchar en todo el mundo contra la estrategia comercial de Nestlé. Ese mismo año, la OMS y UNICEF convocaron una conferencia mundial sobre «la alimentación de los bebés» y en ella ratificaron los principales descubrimientos de las organizaciones no gubernamentales. En 1981, la Asamblea General anual de la OMS votó un código internacional para la comercialización de los productos para bebés destinados a sustituir a la leche materna. Todos votaron a favor, excepto Estados Unidos.

Este código prohíbe todo tipo de publicidad que incite a las madres a sustituir la lactancia por la leche en polvo. En 2002, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó otro código. Su artículo 44 define las responsabilidades y obligaciones de los fabricantes y distribuidores de alimentos destinados a bebés. Sin embargo, la UNICEF ha evaluado que cerca de 4.000 bebés mueren cada día por la ingestión de la leche en polvo mezclada con agua insalubre o administrada con biberones sucios. «Si se hubieran alimentado con leche materna, estarían vivos», concluye Ziegler. Además, afirma que Nestlé no ha respetado ni el Código Internacional para la comercialización de productos para lactantes de 1981 ni el nuevo código de 2002.

En esta misma línea, el autor asegura que según algunos estudios realizados en África y en América Latina, los médicos y enfermeras de los hospitales o centros ambulatorios sufrían un acoso constante por parte de los agentes de algunos fabricantes de leche en polvo para que los bebés fueran alimentados desde su nacimiento con estos productos. Lo que mata es el agua, no el polvo, pero el acceso al agua potable es muy desigual dentro de cada país. En este sentido, Ziegler sostiene que, en un número creciente de países, los ayuntamientos endeudados venden sus redes de abastecimiento de agua a empresas privadas. Una de ellas es Nestlé.

ACABAR CON LAS PRÁCTICAS ABUSIVAS
Para evitar las estrategias y las prácticas abusivas de las multinacionales, el III Foro Social Mundial, reunido en 2003, tomó la decisión de crear un colectivo capaz de vigilar en todo el mundo las prácticas financieras, industriales, comerciales y políticas de lo que se ha denominado el «pulpo de Vevey» (por la sede de Nestlé). Este colectivo organizó un foro en 2004, al que acudieron empleados de Nestlé de todos los países e informaron de hechos bastantes preocupantes. Entre ellos, intimidación, amenazas e incluso asesinatos cuando hay alguna amenaza de huelga o reivindicación.

No obstante, según Ziegler, los nuevos déspotas practican en todo el mundo una «fría arrogancia». Así en los países del norte, utilizan el chantaje de la deslocalización porque, para asegurarse unos márgenes de beneficio lo más elevados posibles, amenazan a los sindicatos y a los gobiernos con marcharse a otros lugares.

UN PACTO GLOBAL CON LOS COSMÓCRATAS
Consciente de que no se puede obligar a los cosmócratas a respetar la Carta de Naciones Unidas, su secretario general, Kofi Annan, decide llegar a un acuerdo con ellos y elabora el Global Compact, un pacto general entre las Naciones Unidas y las principales sociedades capitalistas transcontinentales. Los principios 1 y 2 del pacto tratan de los derechos humanos. Los principios 3 a 6 se ocupan del mercado de trabajo (eliminar la coacción o el trabajo forzoso, evitar prácticas discriminatorias, libertad de afiliación, derecho a la negociación, etcétera). También hablan de la protección del Medio Ambiente y de la naturaleza. Pero algunos de los firmantes de este pacto realizan prácticas abusivas o su gestión empresarial tiene muchas grietas. Por ejemplo, las ONG estadounidenses acusan a Nike de trabajar en el sur de Asia con niños explotados; los directores de Mitsubishi, Toyota o Nissan han cerrado, por «razones económicas», decenas de comedores de obreros, hospitales de fábrica y escuelas en Japón y en todo el mundo; ABB construye en China y en Turquía presas faraónicas que provocan el desplazamiento forzoso de miles de familias; la Royal Dutch Shell Company está arrasando, por contaminación incontrolada, el delta del río Níger y está destrozando la economía del pueblo ogoní, etcétera.

Por todo ello, Ziegler expone en el «Epílogo» que ahora estamos sufriendo la «ofensiva más espantosa» que nadie hubiera imaginado hace cinco años. «Los señores de la guerra económica han saqueado el planeta. Atacan a los Estados y su poder normativo; cuestionan la soberanía popular, subvierten la democracia; saquean la naturaleza y destruyen a los hombres y a sus libertades.» «Ningún contrapoder constituido —ni estatal ni sindical— está en condiciones de cuestionar su poder absoluto», añade. ¿Y qué hacer contra su violencia, su cinismo o su desprecio? Pues «volver a empezar la revolución», «luchar por la justicia social planetaria» e «informar y hacer trasparentes las prácticas de los señores feudales». «Los vampiros huyen de la peste de la luz del día.»

     BIOGRAFIA: Jean Ziegler
 
   Otras publicaciones

 

   
   LA SEMANA:.........otros textos publicados

 

  EL VIDEO DE LA SEMANA:        
 

EL ORDEN CRIMINAL DEL MUNDO .....el Capitalismo Neoliberal del Siglo XXI

 

El programa 'En Portada' de TVE ha puesto en Internet el magnifico documental: EL ORDEN CRIMINAL DEL MUNDO, en el que algunos intelectuales describen lo que está pasando en nuestra sociedad, en el que el modelo socio-económico que algunos han impuesto nos lleva irremisiblemente a la autodestrucción y por tanto desaparición de nuestra especie sobre el planeta y acaso arrastramos también al resto de los seres vivos. Si esto no se frena nuestro destino está definitivamente marcado, el problema es que cuanto más tiempo tardemos en frenarlo la probabilidad de que esto ocurra aumenta.
 

Hablan:
Eduardo Galeano, Jean Ziegler, Ernesto Sábato, Héctor Mondragón, José Collado, Ángel Olaran, Aminata Traoré, William Goodman, Baltasar Garzón.

 

 1/4     2/4
 

 3/4     4/4

    LA SEMANA:.........otros textos publicados

 

 

 

  El Poder de la Palabra            

    

   Un Álbum
   Una  B.S.O.
   Un  Film 

Banda Sonora de la semana

Batalla en el cielo, 2005
(John Tavener)

Escuchar

Film de la semana
"Cinema Paradiso, 1989"

(Giuseppe Tornatore)

  adsl o superior

 

 

  David Porcel Muñoz - © 1997
marsapm@yahoo.es

per a veure les animacions i les panoràmiques necessites instal·lar els plugins de
FLASH,  QUICKTIME, i JAVA   ( optimizar la configuració de pantalla a 1024x768
)

                   .

200812