Los minerales financian el conflicto de la RDC
Adzuba es muy clara, y no se cansa de denunciar que son las materias primas, los minerales principalmente, los que están detrás del conflicto en el Este de la RDC: “Solo hay guerra en aquellas zonas donde hay minerales”.
Así lo ponen de manifiesto diversos documentos. En la actualidad, además del coltan, el oro se ha convertido en una de las principales “exportaciones ilegales” de la zona, como señala el informe del Grupo de expertos de la ONU sobre la RDC de enero de 2014. En 2013, 400 millones de dólares en oro salieron de la RDC con destino a Uganda y otros países vecinos. El precioso metal, luego continúa su camino hacia Oriente Medio y Europa, mientras que el coltan, del que la RDC tiene el 88% de las reservas mundiales, se distribuye por todo el planeta.
Los expertos de la ONU insisten, una vez más, en que el contrabando de minerales es la fuente principal de financiación de los conflictos bélicos que asolan el este del país.
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Lucha contra la impugnidad -
El informe de los expertos de la ONU, citado anteriormente, recomienda que el Consejo de Seguridad imponga sanciones a los países que están implicados en la explotación sistemática de los minerales del este de la RDC, principalmente Ruanda, Uganda y Zimbabue.Caddy Adzuba es muy fuerte en este punto y denuncia la impunidad con que operan los grupos armados en la zona, los cuales tienen el objetivo final de controlar los minerales congoleses. Pero advierte igualmente de los abusos por parte del propio ejército congoleño, ya que miembros del mismo participan en operaciones ilegales y comenten las mismas violaciones de derechos humanos que los rebeldes, como las agresiones sexuales a mujeres y niñas, entre otras.
Adzuba pone de manifiesto la responsabilidad y culpabilidad de los líderes y políticos de la región de los grandes lagos que están sacando beneficio del conflicto en la RDC, pero no se para ahí.
Al final de una mesa redonda en la que participó el pasado 13 de octubre en La Casa Encendida de Madrid, alguien del público le comentó haber echado en falta cualquier crítica directa al presidente de Ruanda, Paul Kagame, que, según opinaba él, es el verdadero responsable de lo que sucede en la RDC.
Caddy contestó que Kagame no es el último responsable de lo que sucede en su país, que él no deja de ser una marioneta más en manos de Estados Unidos y Reino Unido, principalmente, que le apoyan y le mantienen en su puesto para que sus empresas se beneficien de los recursos naturales del Congo. Por eso, piensa Adzuba, hay que llevar ante la justicia internacional a los políticos y a las empresas occidentales que son los principales beneficiarios del conflicto de su país.
En la lucha contra la impunidad de los responsables del conflicto de la RDC, Caddy, acompañada de varios grupos de mujeres del este de la RDC, se han presentado ante la Corte Penal Internacional y ante el Senado de los Estados Unidos para pedir justicia. Fruto de este activismo es la llamada Ley Dodd-Frank de reforma de Wall Street y protección del consumidor, aprobada por el Congreso estadounidense en 2010. Esta norma tiene como fin intentar mejorar la transparencia de las empresas y ayudar a los compradores e inversores a tomar decisiones más informadas. Está principalmente dirigida al comercio y la explotación de minerales de la RDC y los países vecinos, porque reconoce que el uso empresarial de estos minerales sirve para financiar a los grupos armados participantes en el conflicto.
Comentaba este gran paso con Caddy en un taxi que nos llevaba a otra charla en Castelldefels durante las jornadas de Ciutats constructores de pau. Ella estaba de acuerdo con que era un gran logro y sin embargo decía que al gobierno estadounidense le falta fuerza y voluntad para implementar la ley en su totalidad. “La situación sobre el terreno no ha cambiado mucho desde que se aprobó, los minerales siguen saliendo de igual forma que antes de la ley. En la actualidad, nosotras estamos inmersas en una campaña de documentación de los aviones que llegan a la zona transportando armas y regresando cargados de minerales. Proceden de todas las partes del mundo”. También compartió que uno de sus miedos es que esta ley se anule ya que la Cámara de comercio de Estados Unidos y otros grupos empresariales lo están intentando desde antes de su aprobación.
Empoderar a las mujeres - E
l objetivo final de Caddy Adzuba es empoderar a las mujeres para que ellas mismas se conviertan en activistas de su causa, a través del encuentro con las víctimas y el acompañamiento en su camino de sanación, de la denuncia y de la búsqueda de justicia.Por ello, es firme defensora de las Resoluciones 1325 (2000) y 2122 (2013) del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que reconocen que la guerra afecta a las mujeres de manera diferente que a los hombres y reafirman la necesidad de potenciar el rol de las mujeres en la adopción de las decisiones referidas a la prevención y la resolución de los conflictos.
Aboga para que más y más mujeres participen en los mecanismos de toma de decisiones de su propio país y a nivel internacional y sobre todo, para que sean también protagonistas en los procesos de paz.
Mujer fuerte -
Caddy me comentaba, en otro de los momentos compartidos en el interior de un taxi, que espera que la concesión del Premio Príncipe de Asturias sirva para dar a conocer la realidad de tantas mujeres y niñas (y niños) en el este de la República Democrática del Congo y en tantas otras partes del mundo. Y que el Gobierno español se implique en la resolución de este conflicto sabiendo que la causa de toda esta violencia está en los recursos naturales y la avaricia de las empresas por controlarlos.También confiesa que, como es muy tímida, tiene mucho miedo a la ceremonia y al protocolo que rodea al acto de entrega del premio ya que le han comentado que es muy rígido. Y ella, dice, no se desenvuelve bien en ese mundo tan lejano al que tiene que enfrentarse todos los días.
Esto último no me lo creo mucho después de haber convivido con ella un par de semanas. No tiene miedo a nada ni a nadie y nunca se aparta de su camino de denuncia a pesar de los muchos contratiempos. Cuando el 3 de octubre llegó al aeropuerto de Barcelona para participar en las jornadas de Ciutats constructores de pau procedía de Turquía, donde había estado participando en una reunión de la ONU. El avión aterrizó en El Prat a la una de la madrugada. Ella era la única africana entre el pasaje y los policías del control de aduanas la retuvieron durante horas acusándola de que su pasaporte era falso.
Al día siguiente, sin apenas haber dormido estaba lista frente a los periodistas. Impartió las charlas como si nada hubiera pasado. Le dije que podía haber indicado a los policías que mirasen en Internet quién es ella, la ganadora del último Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Ella sonrió, como siempre, y dijo que estaba tan cansada que no pensó en eso, pero que estaba segura de que podía convencer a los policías de que su pasaporte no era falso y de que todo se solucionaría, como felizmente sucedió.
Posiblemente, es esta convicción de que todo puede ser distinto si se trabaja por ello lo que otorga a esta mujer la fuerza que tiene y desprende. Por eso, sin dejar que la violencia que rodea su vida la intimide y que las amenazas de muerte le paren los pies, Caddy continúa su lucha sin miedo
La periodista Caddy Adzuba, Premio Principe de Asturias de la Concordia 2014
Apoya la Reivindicación de Caddy Adzuba de que se Cumplan las Resoluciónes 1325 y 1848 del Consejo de Seguridad de Naciones Unida
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La pesadilla del coltán. Las nuevas tecnologías llegaron a finales del siglo XX al este de Congo en forma de un nuevo mineral que arrancar de las montañas: el coltán. El país cuenta con las mayores reservas mundiales conocidas (hasta el 80%, según algunos cálculos) de esta extraña aleación de la que se extrae el tantalio, metal de gran resistencia al calor y unas propiedades eléctricas que lo hacen insustituible en los teléfonos móviles, consolas de videojuegos y todo tipo de equipos electrónicos
COLTÁN, o por qué tu móvil también cuesta vidas humanas. Multinacionales y países se disputan el Congo para poseer el mineral
Un genocidio high tech