Quien tenga una verdadera
pasión por el piano, soñará un
día con tocar a la perfección
cualquier pieza de estos grandes
de la música. Dentro de unos
contextos bien diferenciados,
cada uno de los pianistas
presenta su propio genio, y cada
uno de ellos expresa su
sensibilidad y transmite sus
emociones al público a través de
un instrumento tan majestuoso
como el piano.
KEITH JARRETT:
(Allentown,
Pensilvania, 8 de mayo de 1945) es un
pianista y músico de jazz
estadounidense.
Se trata de uno de los maestros del jazz
de vanguardia, cuya producción más
sobresaliente es una serie de piezas
improvisadas grabadas en directo en
Colonia, París, Milán, Viena, Tokio y
otras ciudades. Probablemente estos sean
sus trabajos más famosos, pero es sin
duda un enorme virtuoso. Muy versátil,
Keith ha interpretado lo mismo música de
autores del barroco europeo como Johann
Sebastian Bach o Georg Friedrich Händel,
solo o en diversas alineaciones que
incluyen, entre otros, a la virtuosa de
la flauta barroca Michala Petri, autores
minimalistas contemporáneos como Arvo
Pärt o jazzistas contemporáneos como
Miles Davis, con quien inició
propiamente su carrera, Chick Corea, Jan
Garbarek, Gary Peacock, Charlie Haden y
Jack DeJohnette entre otros.
También interpreta piezas para piano
clásico, clavicordio, clavecín y órgano.
Ha grabado varios discos de música
clásica, interpretando obras de Johann
Sebastian Bach, Händel, Mozart y
Shostakovich, entre otros.
Jarrett tiene la reputación de ser un
perfeccionista excéntrico y, mientras
toca, suele vocalizar de forma
expresiva.
"KÖLN CONCERT" (es
una pena que no haya una
filmación de este "KÖLN
CONCERT")
Cuando
uno lo escucha por primera vez, queda
uno absorto, impávido, deliciosamente
estúpido; la gente que se congregó en el
Opera Haus en Colonia, Alemania, fueron
testigos de la más grande improvisación
en la historia del Jazz de la que pudo
haber sido objeto.
Un milagro se generó ahí, todo un arte
efímero, irrepetible. Keith se lamenta,
gime, suspira, canta, llora; su piano
conmueve, lo aporrea, lo acaricia; el
alma se nutre de escuchar semejante
belleza.
Todo fue espontáneo, etéreo; solamente
cerró sus ojos y tocó, lo que siguió fue
mágico. No son cuatro canciones en si,
es un sólo concierto que nutre los
sentimientos.
Desde la primera vez que lo escuché me
enamoré de este piano, por más está
decir, que es uno de mis favoritos...
Presentar aquí este "Concierto de
Colonia" es para mi, más que un placer,
una obligación. Keith Jarrett está
considerado, sino el mejor, uno de los
mejores de los improvisadores de música
de todos los tiempos. Es un artista muy
polifacético: interpreta jazz, es
precursor de la New Age, de la
fusión del jazz con el rock y pasa por
ser uno de los más originales
interpretes de música barroca. Pero
sobre todo destaca por sus grabaciones
en directo sin ningún tipo de
preparación. Si tuviera que recomendar
discos suyos, a parte de este, (creo que
están cerca de los setenta los que yo
tengo localizados) nombraría la caja de
"The Sun Bear Concerts" con seis
magníficos CDs, "The Paris Concert", "The
Melody At Nigth, With You", "Book of
Ways" y por supuesto todos lo que ha
grabado de Bach: "Las suites francesas",
"Las Variaciones Goldberg" (sé que
muchos se rasgarán las vestiduras,
puristas hay en todos lados y sobran), y
los dos CDs de "El clave bien
temperado". Nada que envidiar al otro
mago, este canadiense: Glenn Gould.
The Köln
Concert En este disco, Jarrett
realiza improvisaciones solistas en el "Cologne
Opera House" en Köln, Alemania. Este
álbum es uno de los álbumes de jazz más
vendidos de la historia, y sin dudas el
álbum de jazz solista con mayores ventas
de toda la historia. El concierto está
dividido en tres partes, cada una con
una duración de 26, 34 y 7 minutos,
respectivamente, aunque hay versiones
actuales que entregan el concierto
completo sin divisiones. Debido a que
originalmente fue lanzado como un LP, la
segunda parte fue dividida en dos
segmentos rotulados como "Parte II a" y
"Parte II b". "The Köln Concert" fue
aclamado por la crítica como una obra
maestra que "fluye con el calor humano".
En el "Köln Concert" la música va
creándose, caminando, escondiéndose y
surgiendo hasta alcanzar, por momentos,
una belleza y una intensidad que
provoca, si uno se mete de lleno, que
las lágrimas asomen por los ojos. Pese a
ser ‘piano solo’ al escucharlo con
atención se aprecian pequeños grititos
que anuncian lo que está a punto de
surgir de sus dedos, por ello no es de
extrañar que él a menudo se refiera a
sus composiciones como "cantos". Son 66
minutos y 10 segundos de autentico
placer. Os puedo contar una anécdota que
dice mucho de lo que hablo. Íbamos este
verano en coche con dos amigos que no
paraban de hablar y hablar, mi dolor de
cabeza llegó a tal punto que decidí
tomar cartas en el asunto. Sutilmente
cambié el compact, puse el que
aquí os presento, subí un poco el
volumen y... se hizo el "silencio" más
absoluto. Tanto mi ‘copilota’ como el
amigo que iba detrás son hoy día
auténticos fans de este gitanazo yanqui
descendiente de mil razas europeas
LUDOVICO EINAUDI: Se
trata de un músico curioso y abierto a
experimentar, crea una mezcla entre sus
sonidos vanguardistas y melodías
ancestrales desde el jazz y el rock
hasta la música contemporánea, aunque
conserva todos los detalles e incluye
elementos referentes a los avances de la
electrónica, y experimenta también con
culturas musicales provenientes de todo
el mundo, así como el pop. Su música es
ambiental, para meditar y a menudo
introspectiva. Aunque no le gusta ser
etiquetado como perteneciente a un
estilo u otro, se le suele considerar
minimalista, etiqueta con la que el
propio Ludovico está de acuerdo: «En
general, no me gustan las definiciones,
pero 'minimalista' es un término que
significa elegancia y sinceridad; por lo
tanto, prefiero ser llamado
'minimalista' que cualquier otra cosa».
Al igual que otros compositores
minimalistas posmodernos; como Michael
Nyman, Arvo Pärt, Brian Eno o Michael
Hoppé, Einaudi está influido por Erik
Satie, quien puede considerarse como un
precursor de este movimiento o estilo,
del mismo modo que en pintura Edvard
Munch lo fue para el expresionismo.
En el transcurso de su carrera, ha
colaborado con artistas pertenecientes a
diferentes corrientes musicales tales
como: Ballakè Sissoko, Djivan Gasparijan,
Mercan Dede, Robert y Ronald Lippok.
Además, fue el único artista de música
clásica que participó en la primera
edición del iTunes Festival (en 2007)
junto a algunos de los artistas y bandas
de rock más populares y reconocidos del
mundo (Oasis, Placebo y Franz Ferdinand,
entre otros muchos).
En 2009, fundó el grupo Whitetree con
los alemanes Robert y Ronald Lippok, ex
miembros de To Rococo Rot, con los que
creará un álbum llamado Cloudland.
El magnetismo de su lenguaje simple y
original caracterizado por su sonido
ligero a la vez que envolvente se ha
extendido a lo largo del mundo. Entre
estos países se encuentra Londres, donde
actuó en el Royal Albert Hall y en el
Teatro Barbican, Estados Unidos (San
Francisco, Washington y Nueva York),
Francia (Olympia de París), Canadá
(Montreal yToronto), el Teatro de la
Ópera de Kiev, la Orquesta Filarmónica
de Berlín, la Filarmónica de San
Petersburgo, Australia (Ópera de Sidney)
o Asia (Hanoi, Bangkok, Shanghai yTokio).
En su estancia en China, el Centro
Nacional de Artes Escénicas de Beijing (NCPA),
le encargó que realizase una composición
dedicada a temas ambientales, que sería
presentada por la orquesta, de estreno
mundial, en Beijing en junio de 2013.
El productor del programa radiofónico
Hearts of Space, Stephen Hill, ha
incluido en varios de sus programas
recientes parte de la obra de Ludovico
Einaudi. El mismo Hill lo ha catalogado
un «minimalista contemplativo» y le ha
dedicado un programa denominado Divenire,
como el título de uno de sus álbumes. En
este programa, se incluyen piezas
musicales de sus álbumes Divenire, I
Giorni, Le Onde, Stanze, Eden Roc y
Sotto Falso Nome.
En el 2011, dejó de ser un compositor
para melómanos y minorías aficionadas al
minimal y saltó a la popularidad
mediática, por ser el compositor de la
banda sonora original de la película
francesa Intocable, de Olivier Nakache y
Eric Toledano.
En 2016 participó en el vídeo de la
campaña de Greenpeace —Save the Arctic—
que se rodó en pleno Ártico.2
MICHEL PETRUCCIANI:
(Orange, Francia, 28 de diciembre de
1962 - Nueva York, Estados Unidos, el 6
de enero de 1999) fue un pianista y
compositor de jazz francés. Dotado de
una extraordinaria técnica, su estilo
fluctuaba entre una atmósfera intimista
y romántica, propia de la escuela de
Bill Evans, del que era un ferviente
admirador, y otra con un gran uso del
ritmo que combinaba la sutileza del
lirismo y la potencia de un ataque
percusivo.
Vivió aquejado de una grave enfermedad
ósea llamada osteogénesis imperfecta,
por lo que apenas llegaba al metro de
altura. Sin embargo, esto no fue
obstáculo para que se dedicara desde la
infancia de manera casi exclusiva al
estudio del piano, lo que le permitió
convertirse en uno de los pianistas de
jazz de mayor renombre de todos los
tiempos.
Cuando Petrucciani
escuchó a Duke Ellington, en un
concierto que emitían en la televisión
francesa, descubrió que por encima de
todo quería aprender a tocar el piano
asi que Papa Noel le trajo su primer
piano, de juguete claro, y lo tocó con
tanta pasión que casi lo destrozó, su
familia pensó que ya se merecía uno de
verdad. En esa época, su padre trabajaba
cerca de una base militar, alguien
decidió que esa base ya no tenía sentido
y se cerró. Cuando los soldados se
trasladaron se llevaron casi todo, casi,
porque se olvidaron de un piano, el
mismo que apareció un día en la casa de
Petrucciani, manchado con huellas de
latas de cervezas; no importaba… ¡era su
primer piano!.
Pero había algo importante que
solucionar para que el piano cumpliera
su función. Michel Petrucciani no era un
niño físicamente normal, padecía de una
enfermedad ósea llamada “osteogenésis
imperfecta” que dejaba frágiles sus
huesos y le impedía el crecimiento.
Afectaba a todo su esqueleto excepto,
afortunadamente, a sus manos. Así que su
padre, adaptó la banqueta y le fabricó
una extensión de pedales, con su nombre
grabado. A cambió, le exigió que primero
debía de formarse seriamente en música
clásica. Para Michel no era tanto
sacrificio , como apenas podía salir a
jugar, se pasaba las horas tocando y
estudiando. Fue tal su tesón que se
convirtió en un virtuoso precoz: con 13
años da su primer concierto y dos años
más tarde comparte escenario con Kenny
Clarke y forma un exitoso dúo con Lee
Konitz.
Pero el joven Petrucciani quería ir al
corazón del jazz y decide trasladarse a
Estados Unidos. En una visita a
California, a través de un amigo suyo
que era batería y a la vez jardinero de
la casa de Charles LLoyd, consigue que
éste le escuche. Al saxofonista le
impresiona tanto que lo incorpora en el
cuarteto que acababa de formar. Nacería
una verdadera amistad y una admiración
mutua. Petrucciani fue para Lloyd su
ejemplo, su aliento espiritual, le
enseñó a amar las cosas sencillas, a
encontrar la belleza y sobre todo a
reencontrarse con la música.
En poco tiempo su maestría y técnica
perfecta, el fraseo, a veces
impresionista e impredecible pero sobre
todo, su romanticismo llama la atención
de la crítica y lo comparan con Sonny
Rollins, Art Tatum o Keith Jarret. Y
empieza a obtener numerosos galardones y
a ser requerido por maestros como Bobby
McFerrin o Jack DeJohnette y por
prestigiosos sellos como Blue Note que
lo incorpora a su nómina de artistas.
Michel Petrucciani, el hombre de
cristal, el ser que todos los días
sentía dolor pero que una vez que
sentaba al piano se olvidaba de su
sufrimiento físico:
“Cuando toco el piano siento como el más
placentero de los orgasmos no en un
sentido pornográfico, claro -decía-
porque lo bueno es que lo puedes hacer
en público, je”
El que no perdía el sentido del humor y
que hasta daba gracias a Dios porque su
anormalidad tal vez había sido un
regalo. El que odiaba los premios:
“siento que creen que me voy a morir al
día siguiente y tienen que darme el
premio enseguida”.
El amante que se casó con una pianista y
la convenció para que celebraran la boda
en el Village Vanguard (la primera vez
en la historia del club)..
“¿Por qué no? es donde están todos mis
amigos”.
El que tenía el gran proyecto de crear
una gran escuela internacional de jazz
en su país natal y, muchas actuaciones y
muchas grabaciones más…, el hombre de
cristal pero con manos de acero, murió
con solo treinta y seis años.
Su humor, su ánimo, su coraje y porqué
no, su ejemplo, se resumen en una de sus
composiciones más bellas LOOKING UP!!
Muere Rutger Hauer, leyenda
del cine y replicante de ‘Blade Runner’
El actor holandés que encarnó
a Roy Batty en el clásico de ciencia-ficción y
protagonizó varias películas de Paul Verhoeven
ha fallecido a los 75 años. (19-julio-2019)
-
Su papel más
conocido, y por el que sin duda
pasará a la historia del cine, fue
el del replicante Roy Batty en
el clásico de ciencia-ficción Blade
Runner, dirigid por Ridley
Scott. Allí, en un
emocionante final ante
Harrison Ford, su personaje
declamaba uno de los monólogos más
recordados del séptimo arte, que el
propio actor modificó a partir del
guion una noche antes del rodaje de
la escena (dando pie a la leyenda de
que lo improvisó en el set).
En su
climática escena de despedida, Roy
Batty decía:
“Yo he visto cosas que
vosotros no creeríais.
Atacar naves en llamas más
allá de Orión. He visto
rayos C brillar en la
oscuridad cerca de la Puerta
de Tannhäuser. Todos esos
momentos se perderán en el
tiempo, como lágrimas en la
lluvia. Es hora de morir”.
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